Breves Reflexiones Sobre el Tema del Aborto

Ana Inés Iannelli

Buenos Aires, Argentina

24 de Febrero 2015

El tema aborto es un tema complejo y que puede ser encarado desde diversas ópticas. Pero su complejidad hace que no alcancen las palabras para explicar incluso las vivencias que suscita. Por tanto, trataré de ser lo más clara y concisa posible a la luz de mi propia experiencia. Trabajé varios años en el Centro Tepeyac, en Maryland, USA, y más tarde en el Centro de Atención de la Mujer de Buenos Aires, Argentina.

Lo primero que uno percibe es que las mujeres jóvenes que llegan a estos centros están cansadas, con un embarazo no deseado, mucho temor y en general no tienen pareja estable; a veces el embarazo es fruto de una relación pasajera, están solas y la familia muchas veces presiona para que aborten o directamente no saben del embarazo y son las propias jóvenes quienes quieren ocultar esa realidad a través del aborto. Ven en este procedimiento la única solución. Aquí quiero detenerme un instante y aclarar que para abortar un hijo lo primero que tienen que hacer es deshumanizarlo, y en la tarea de “mentalización” colabora enormemente la cultura actual, los medios de comunicación y el ambiente en el que ellas viven. El mensaje es conocido: se les dice que el niño por nacer es en realidad una masa de carne que no tiene vida, que forma parte de su propio cuerpo y que por ende puede disponer de él como se le plazca; sin duda algo absurdo cuando, entre otras evidencias confirmadas por la ciencia, se puede observar en una simple ecografía, a las ocho primeras semanas, que ya late su pequeño corazón.

Muchas de estas jóvenes ya han abortado anteriormente y otras vienen de familias en donde alguien ha realizado algún aborto. Es muy interesante un reciente estudio realizado en Rusia, por el biofísico Pjotr Gajajev, y el trabajo de dos alemanes, Gosar y Franzbludorf, quienes dicen que el ADN es como una memoria de computadora, no solo guarda y transmite características físicas sino también, fobias y traumas, y esto ocurre muchas veces saltando generaciones. 

Estas jóvenes tienen muy baja autoestima, a veces o en la mayoría de los casos son mujeres golpeadas. En ocasiones es muy difícil hablar con ellas porque están a la defensiva, sienten que estamos ahí para juzgarlas. Y es justo en ese momento cuando nosotras, que somos cristianas, sentimos, o al menos es lo que yo siento, que somos un instrumento de Dios, que hacemos nuestro mayor esfuerzo pero al fin solo El es quien puede cambiar la decisión de abortar. 

Ocurre con frecuencia que muchas de ellas llegan una vez que ya han realizado el aborto, profundamente heridas y buscando ayuda para aliviar su pena y angustia. Padecen depresión, no soportan estar con chicos pequeños. A veces se trata de adolescentes, cuyas madres las obligaron a abortar y por ello no pueden perdonarlas. Así es que buscan consuelo en sus abuelas, si las tienen, o en nosotras. Necesitan una figura femenina consoladora y compasiva que las ayude a superar el tremendo dolor por el que están pasando. Pero también se necesita hacerles ver, muy delicadamente, que han sesgado una vida, que se hicieron daño ellas mismas cargando un dolor muy difícil de superar, difícil pero no imposible, si se las apoya y aconseja para que no repitan el mismo error y pensando que Dios es infinitamente misericordioso 

Para finalizar cuando me preguntan como puedo hacer esta tarea sin que me afecte, por ejemplo, cuando al finalizar una entrevista la chica decide hacer el aborto la respuesta es sencilla: no me siento bien, me duele el corazón y el alma por esa vida truncada y por la mujer que lo va a hacer, pero sé que para Dios todo tiene una razón de ser y que nosotras somos solo un instrumento en sus manos.

 

 Para ver lecturas en inglés sobre respeto por la vida ingresar:

https://stgabrielcarlisle.squarespace.com/our-pro-life-views-1/